- DEFINICIÓN.
Vivimos hoy- al inicio del siglo XXI- en un mundo que es enormemente preocupante pero lleno de las más extraordinarias promesas para el futuro. Es un mundo lleno de cambios, marcado por la terrorífica posibilidad de una guerra nuclear y por los destructivos ataques de la tecnología moderna al entorno natural. Sin embargo, tenemos posibilidades de controlar nuestro destino, de conformar nuestras vidas para lo mejor, cosa harto inimaginable para generaciones anteriores. ¿Cómo surgió este mundo? ¿Por qué son nuestras condiciones de vida tan diferentes de las de nuestros antepasados? ¿Qué direcciones tomará el cambio en el futuro? Estas cuestiones son la preocupación primordial de la sociología, una disciplina que, por consiguiente, tiene que desempeñar un papel fundamental en la cultura intelectual moderna.
La sociología es el estudio de la vida social humana, de los grupos y sociedades. Es una empresa cautivadora y atrayente, al tener como objeto nuestro propio comportamiento como seres humanos. El ámbito de la sociología es extremadamente amplio, desde el análisis de los encuentros efímeros entre individuos en la calle hasta la investigación de los procesos sociales mundiales.
- EJEMPLO.
¿Por qué se enamoran y se casan las personas? La respuesta parece obvia a primera vista. El amor expresa una atracción física y personal que dos individuos sienten el uno por el otro. Hoy en día, muchos de nosotros podemos ser escépticos ante la idea de que el amor “es para siempre”, pero el “enamorarse”, nos inclinamos a pensar, deriva de sentimientos y emociones humanos y universales. Parece del todo natural que una pareja que se enamora desee formar un hogar, y que busquen su realización personal y sexual en su relación.
Sin embargo, este punto de vista, que parece ser evidente por sí, es de hecho bastante raro. La idea del amor romántico no se extendió en Occidente hasta fecha bastante reciente, y no ha existido jamás en la mayoría de las otras culturas. Solo en los tiempos modernos el amor, el matrimonio y la sexualidad se han considerado íntimamente ligados entre sí. En la Edad Media, y durante siglos después de ella, las personas se casaban sobre todo para perpetuar la posesión de un título o de una propiedad en las manos de la familia, o para tener hijos que trabajaran la granja familiar. Una vez casados, puede que en ocasiones llegaran a ser compañeros muy unidos; sin embargo, esto sucedía después del matrimonio, pero no antes. Existían relaciones sexuales fuera del matrimonio, pero en éstas no intervenían demasiado los sentimientos que asociamos con el amor. El amor se consideraba “en el mejor de los casos, como una debilidad necesaria, y, en el peor, como una especie de enfermedad”.
El amor romántico hizo aparición por vez primera en los círculos cortesanos, como una característica de las aventuras sexuales extramaritales en las que incurrían los miembros de la aristocracia. Hasta hace unos dos siglos, estaba totalmente confinado a tales círculos, y se mantenía específicamente separado del matrimonio. Las relaciones entre el marido y la mujer en los círculos aristocráticos a menudo eran frías y distantes…, comparadas, claro está, con nuestras expectativas matrimoniales actuales. Los ricos vivían en grandes casas. Cada uno de los esposos tenía su propio dormitorio y sus sirvientes; puede que raras veces se vieran en privado. La compatibilidad sexual era una cuestión de azar, y no se consideraba relevante para el matrimonio.
Tanto entre los ricos como entre los pobres, era la parentela quien tomaba la decisión del matrimonio, no los individuos interesados, que tenían poco o nada que decir al respecto (éste sigue siendo el caso en muchas culturas no occidentales).
Como vemos, ni el amor romántico ni su asociación con el matrimonio pueden entenderse como características “dadas” de la vida humana, sino que están conformadas por influencias sociales más amplias. Estas son las influencias que los sociólogos estudian y que se hacen sentir incluso en experiencias que, en apariencia, son puramente personales. La mayoría de nosotros ve el mundo desde el punto de vista de nuestras propias vidas. La sociología demuestra la necesidad de adoptar una perspectiva mucho más amplia sobre las razones que nos llevan a actuar como lo hacemos.
- ¿QUÉ NOS ENSEÑA LA SOCIOLOGÍA DE NUESTRAS PROPIAS ACCIONES?
Como individuos, todos nosotros conocemos muchas cosas sobre nosotros mismos y sobre las sociedades en que vivimos. Nos inclinamos a pensar que entendemos bien por qué actuamos como lo hacemos, sin necesidad de que los sociólogos nos lo digan. Hasta cierto punto esto es verdad. Sin embargo, este autoconocimiento tiene fronteras muy definidas, y una de las tareas principales de la sociología es mostrar cuáles son.
Las personas emiten numerosos juicios de sentido común sobre ellos mismos y sobre otros, juicios que pueden ser erróneos, parciales o mal informados. La investigación sociológica ayuda a definir las limitaciones del conocimiento de nosotros mismos y al mismo tiempo “retroalimenta” el conocimiento de nosotros mismos y de nuestro entorno social. Otra contribución esencial de la sociología reside en mostrar que, aunque todos nosotros entendemos bastante bien lo que hacemos y por qué lo hacemos, a menudo sabemos muy poco acerca de las consecuencias de nuestras acciones. Las consecuencias no pretendidas y no previstas de nuestras acciones afectan a todos los aspectos y contextos de la vida social. El análisis sociológico explora las delicadas y sutiles conexiones entre los rasgos intencionales y no intencionales del mundo social.
- ESTRUCTURA SOCIAL Y ACCIÓN HUMANA.
Un concepto importante que nos ayuda a comprender estas conexiones es el de estructura social. Los entornos sociales en los que existimos no consisten en meras agrupaciones casuales de acontecimientos o acciones. Existen regularidades subyacentes, o pautas, de los modos de comportamiento de las personas y de las relaciones que tienen entre sí. El concepto de estructura social se refiere a estas regularidades. Hasta cierto punto es útil representarse las características estructurales de las sociedades como si semejaran la estructura de un edificio. Un edificio tiene paredes, un piso y un tejado, que en su conjunto le dan una “forma” particular. Pero la metáfora puede ser muy equívoca si se aplica de modo demasiado estricto. Las estructuras sociales se constituyen de acciones y relaciones humanas: lo que les confiere a éstas su pauta es su repetición a través de períodos de tiempo y distancias en el espacio. Así, en el análisis sociológico las ideas de reproducción social y de estructura social están íntimamente ligadas. Hemos de entender las sociedades humanas como edificios que en todo momento son reconstruidos por los mismos ladrillos que las componen. Las acciones de todos nosotros están influidas por las características estructurales de las sociedades en las que crecemos y vivimos; al mismo tiempo, recreamos (y también, hasta cierto punto, alteramos) esas características estructurales en nuestras acciones.
- LA PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA.
Aprender a pensar sociológicamente significa cultivar las facultades de la imaginación. Estudiar sociología no puede ser un proceso rutinario de adquisición de conocimiento. Un sociólogo es alguien capaz de liberarse de la inmediatez de las circunstancias personas. El trabajo sociológico depende de la imaginación sociológica.
La imaginación sociológica precisa, sobre todo, el poder pensar tomando distancia frente a las rutinas familiares de nuestras vidas cotidianas para poder verlas como si fueran algo nuevo. Consideremos el simple acto de beber una taza de café. ¿Qué podríamos decir, desde un punto de vista sociológico, sobre este hecho de comportamiento aparentemente tan carente de interés? La respuesta es: muchísimas cosas.
En primer lugar, podríamos señalar que el café no es simplemente una bebida que ayude a mantener la asimilación de líquidos del individuo. Tiene un valor simbólico como parte de unos rituales sociales cotidianos. A menudo, el ritual asociado con el beber café es mucho más importante que el acto de consumir la propia bebida. Por ejemplo, dos personas que conciertan “tomarse un café” juntas probablemente estarán más interesadas en encontrarse y charlar que en consumir lo que beban. La bebida y la comida son en todas las sociedades ocasiones para la interacción social y la ejecución de rituales, y éstos son un riquísimo objeto de estudio sociológico.
En segundo lugar, el café es una droga que contiene cafeína, la cual tiene un efecto estimulante en el cerebro. La mayoría de las personas de la cultura occidental no considera que los adictos al café “consuman droga”. La razón de este hecho es una cuestión sociológica interesante. Como el alcohol, el café es una droga “socialmente aceptable”, mientras que, por ejemplo la marihuana no lo es. Sin embargo, hay culturas que toleran el consumo de marihuana, pero son desfavorables al café y al alcohol.
En tercer lugar, el individuo que bebe una taza de café está encadenado a una serie extremadamente complicada de relaciones sociales y económicas que se extienden por todo el mundo. La producción, transporte y distribución de café requieren transacciones continuadas entre muchas personas a muchos miles de kilómetros de quien se bebe el café. El estudio de estas transacciones globales constituye una tarea importante de la sociología, puesto que muchos aspectos de nuestras vidas se ven ahora afectados por comunicaciones e intercambios comerciales mundiales.
Finalmente, el acto de beber una taza de café presupone todo un proceso de desarrollo económico y social pretérito. Junto con muchos otros componentes de la dieta occidental ahora corrientes- como el té, los plátanos, las papas y el azúcar blanco-, el café solo vino a ser ampliamente consumido a partir del siglo XIX. Aunque el café se originó en Oriente Medio, su consumo masivo data del período de la expansión colonial occidental de hace, más o menos, un siglo y medio. Casi todo el café que bebemos en los países occidentales en la actualidad proviene de áreas (Sudamérica y África) que fueron colonizadas por europeos.
Desarrollar la imaginación sociológica significa usar materiales de la antropología y de la historia, además de los de la sociología. La dimensión antropológica de la imaginación sociológica es vital, pues nos permite ver qué caleidoscopio de formas diferentes de vida social humana existe. Al contrastar éstas con las nuestras, aprendemos más acerca de lo distintivo de nuestras pautas específicas de conducta. La dimensión histórica de la imaginación sociológica es igualmente fundamental: solo podemos captar la naturaleza distintiva de nuestro mundo actual si podemos compararlo con el pasado.
- LA IMPORTANCIA PRÁCTICA DE LA SOCIOLOGÍA.
6.1. Comprensión de las situaciones sociales.
La sociología tiene muchas implicaciones prácticas para nuestra vida. El pensamiento y la investigación sociológicos contribuyen en la práctica a la elaboración de políticas y a la reforma social de muchas maneras evidentes. Por ejemplo, la investigación puede poner de manifiesto que vive en la pobreza una proporción de la población muy superior a lo que antes se creía. Evidentemente, cualquier intento de fomentar mejores niveles de vida tendrá mayores oportunidades de éxito si se basa en una información precisa y sin deficiencias. Sin embargo, cuanto mejor entendamos por qué sigue siendo tan difundida la pobreza, tanto más probable es que puedan llevarse a cabo con éxito políticas en contra de ella.
6.2. Conciencia de las diferencias culturales.
Una segunda forma en que la sociología ayuda en la elaboración práctica de políticas es ayudando a fomentar una mayor conciencia cultural por parte de los diversos grupos sociales, La investigación sociológica proporciona un medio de ver el mundo social desde una diversidad de perspectivas culturales, ayudando por tanto a acabar con los prejuicios que los grupos tienen los unos sobre los otros. Es imposible elaborar una política hábil sin tener una refinada conciencia de los cambiantes valores culturales. Las políticas prácticas que no se basen en una conciencia informada de los modos de vida de aquellos a los que afectan tienen muy pocas expectativas de éxito. Así, un asistente social blanco que trabaje en una comunidad antillana de una ciudad británica no podrá ganarse la confianza de sus miembros sin desarrollar una sensibilidad hacia las diferencias culturales que a menudo separan a los negros y a los blancos en Gran Bretaña.
6.3. Valoración de los efectos de las políticas.
En tercer lugar, la investigación sociológica tiene implicaciones prácticas por lo que se refiere a la evaluación de las iniciativas políticas. Un programa de reforma práctica puede simplemente fracasar en lo que se refiere al logro de los objetivos de quienes lo concibieron, o acarrear una serie de desagradables consecuencias no pretendidas. Por ejemplo, en los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial se construyeron grandes bloques de viviendas en los centros urbanos de muchos países. Estaban pensados para proporcionar viviendas de elevado nivel a grupos de ingresos bajos de las áreas suburbiales, y ofrecían servicios comerciales y de otro tipo muy próximos. Sin embargo, la investigación mostró que muchos de los que se trasladaban desde sus viviendas anteriores a los grandes bloques de apartamentos se sentían aislados y desgraciados. Los elevados edificios y los centros comerciales peatonales se deterioraron rápidamente, y se convirtieron en lugares que favorecían los atracos y otros crímenes violentos.
6.4. El aumento del autoconocimiento.
En cuarto lugar, y en ciertos aspectos esto es lo más importante de todo, la sociología puede enseñarles a los grupos sociales cosas sobre ellos mismos, aumentar su autoconocimiento. Cuanto más sepan las personas sobre las condiciones de su propia acción, y sobre el funcionamiento de su sociedad en general, tanto más probable es que puedan influir en las circunstancias de su propia vida. No es necesario que pensemos que la única tarea práctica de la sociología es la de ayudar a quienes elaboran las políticas- es decir, a los grupos poderosos- a tomar decisiones informadas. No siempre puede suponerse que quienes están en el poder piensen en los intereses de los menos poderosos o privilegiados al elaborar sus políticas. Grupos informados por sí mismos pueden responder de forma eficaz a las políticas que lleven a efecto los funcionarios del gobierno u otras autoridades (como Alcohólicos Anónimos) y movimientos sociales (como los movimientos de mujeres) son ejemplos de asociaciones sociales que tratan de producir directamente reformas directas.
6.5. El papel del sociólogo en la sociedad.
¿Deben los mismos sociólogos defender de forma activa y llevar a efecto acciones públicas en favor de programas prácticos de reforma o cambios social? Hay quienes defienden que la sociología puede preservar su objetividad solo si quienes la practican son cuidadosamente neutrales en controversias morales y políticas, pero no hay razón alguna para pensar que los estudiosos que se quedan al margen de los debates de actualidad sean necesariamente más imparciales que otros en su examen de las cuestiones sociológicas. Existe un nexo insoslayable entre el estudio de la sociología y las exigencias de la conciencia social. Nadie que tenga conocimientos sociológicos puede ser inconsciente de las desigualdades que existen hoy en el mundo, la falta de justicia social en muchas situaciones sociales o las privaciones sufridas por millones de personas. Sería extraño que los sociólogos no tomaran posición sobre las cuestiones prácticas, y sería tan ilógico como poco práctico intentar prohibirles que recurrieran a su conocimiento sociológico al hacerlo.
- RESUMEN.
- La sociología puede definirse como el estudio sistemático de las sociedades humanas, prestando un énfasis especial a los modernos sistemas industrializados.
- La sociología surgió como intento por entender los trascendentales cambios que han ocurrido en las sociedades humanas a lo largo de los dos o tres últimos siglos. La industrialización, el urbanismo y nuevos tipos de sistemas políticos están entre los rasgos importantes del mundo social moderno.
- Los cambios implicados no son solo cambios a gran escala. Se han producido modificaciones esenciales también en las características más íntimas y personales de la vida de las personas.
- Los sociólogos investigan la vida social planteando preguntas claras e intentando encontrar sus respuestas por medio de la investigación sistemática.
- La práctica de la sociología implica la capacidad para pensar de forma imaginativa y para distanciarse de las ideas preconcebidas sobre las relaciones sociales.
- La sociología tiene vínculos íntimos con otras ciencias sociales. Todas las ciencias sociales se ocupan de la conducta humana, pero se concentran en aspectos diferentes de la misma. Los nexos entre la sociología, la antropología y la historia son particularmente importantes.
- La sociología es un objeto de estudio con importantes implicaciones prácticas. Puede contribuir a la crítica de la sociedad y a la reforma social práctica de diversas maneras. En primer lugar, la comprensión perfeccionada de un cierto conjunto de circunstancias sociales muchas veces nos ofrece una mejor oportunidad de controlarlas. En segundo lugar, la sociología proporciona los medios de aumentar nuestra sensibilidad social, permitiendo que las políticas se basen en la conciencia de los valores sociales divergentes. En tercer lugar, podemos investigar las consecuencias (pretendidas y no pretendidas) de la adopción de programas políticos concretos. Finalmente, y esto quizá sea lo más importante, la sociología proporciona autoconocimiento, ofreciendo a los grupos y a los individuos una mayor oportunidad de alterar las condiciones de su propia vida.
FUENTES.
Giddens A. Sociología. Alianza Editorial. Madrid. 1989.